18 de Julio - Nuestra América, vive el amanecer de una nueva oleada "progresista" , Chile, Bolivia , Argentina, Colombia y todo indica que también Brasil tendrán en 2023 gobiernos de centro izquierda o progresistas.
Pero esta oleada no tiene la potencia transformadora de la anterior, aquella encabezada por Chávez, Néstor Kirchner y Lula. El mundo es otro, las sociedades son otras.
La imposibilidad de consolidar los procesos de avance popular, el giro al neoliberalismo en la región en el lapso ,2018-2022, dejaron sus consecuencias.
El proyecto de nuestra América unida, necesita consolidar nuevos procesos de construcción y ejercicio de poder. Hoy vemos gobiernos social demócratas, con poco margen para grandes cambios.
También vemos procesos de construcción organizada y colectiva que no fueron nunca parte de nada interrumpiendo en la escena, planteando que la transformación debe ser de abajo hacia arriba y de las periferias al centro.
El futuro de los procesos actuales requiere de valentía , de la valentía suficiente para pensar en otra sociedad y otro Estado. Un Estado más amplio que llegue a dónde nunca llegó de la mano de la organización popular, ocupando los movimientos populares un rol central en esto. Un estado sin lados, ventanillas o mostradores , cómo dice Roig un Estado social.
El acierto que permitira las grandes transformaciones es también dar cuenta de cuáles son las grandes discusiones, y no ",enroscarse" en el programa de los poderosos. Tenemos que construir un programa de gobiernos con cimientos firmes , paz, pan, tierra, techó y trabajo.
Y ahi pensar en el trabajo y sus nuevos paradigmas , en el rol de la economía popular, en la necesidad de aceptar que el mundo cambio y en ese cambio el trabajo ha cambiado. El pleno empleo ya no es posible, pero si el pleno trabajo para todos y todas. Porque hemos aprendido que existe trabajo sin patrón, formas asociativas sin patronazgo. También tareas que hoy reconocemos cómo trabajo.
La crisis ambiental que estamos atravesando, que se refleja en el grito de fuego de nuestra madre tierra y en su llanto helado, son parte de la agenda de cualquier proyecto de país y más aún de nuestra patria grande. Debemos pensar y encontrar armonía entre el desarrollo necesario y el entorno en el que este se produce.
El buen vivir de nuestros ancestros no solo es pre-capitalissta, en sus principios ahonda un Anti neoliberalismo cuya potencia es inconmensurable. De allí busquemos el pasado y el hilo que lo une con el hoy, la lucha Anti imperialista comenzó mucho antes que las guerras por la independencia, los nadies lucharon.
Hoy son otros nadies, en otra etapa de la historia los que se organizan y constituyen un sujeto colectivo de cambio.
Si el primer peronismo se organizo en torno a la demanda obrera y le dió a los trabajadores y trabajadoras una categoría política, será el peronismo de este siglo el que entenderá a los que no existían hasta que tomaron por asalto las calles de la ciudad, la llenaron de gritos, humo, barrio. Será el peronismo la expresión de los de abajo y su estrategia de poder o no será.
* Concejal de Malvinas Argentinas - Movimiento Evita / Frente de Todos.