Por Braian Luis Villagra.
Madrugada del jueves 26 de noviembre, había terminado la noche más triste que vivió Argentina en muchos años, miles en las calles lloraron la partida de Maradona, inmensos homenajes desde banderazos hasta aplausos y ruidazos a las 10 de la noche. De a poco la Plaza de Mayo comenzaba a prepararse para el último adiós.
Minutos antes de las 4 de la madrugada ya había una extensa fila desde las puertas de la Casa de Gobierno, lugar donde la familia de Maradona decidió darle un último adiós popular. Pasadas las 5 de la mañana, faltando solo una hora para que se abra la puerta de la Rosada al público, la fila no dejaba de crecer, extendiéndose por toda la Avenida de Mayo.
Era una noche fresca y nublada, aún así continuaban llegando fanáticos del fútbol, acompañados por sus familias, amigos, compañeros de trabajo y también solos. Hinchas de todos los clubes argentinos se acercaron a Plaza de Mayo y se sumaron a la extensa fila que cubría más de 10 cuadras cuando comenzaba el amanecer.
Pasadas las 6 de la mañana se abrieron las puertas de la Rosada al público. El clima del público era alegre ya que a pesar del dolor cánticos y aplausos inundaron la plaza, pero a medida que avanzaba la fila hacia las puertas de ingreso, los cánticos por el Diego eran reemplazados por aplausos más cortos y tensos momentos de silencios.
Una vez superado el estricto control policial, tan riguroso que por obvios motivos no dejaban ingresar al publico con teléfonos en mano. unas vallas cubiertas por una bandera celeste y blanca llevó a los fanáticos en silencio hacia el lugar donde descansaban los restos de Diego Armando.
Gritos de emoción y lágrimas entre los hinchas al ver el féretro cubierto por camisetas de clubes y la bandera argentina. Los empleados de seguridad solo dejaban a las personas permanecer unos pocos segundos en la capilla ardiente montada en Casa de Gobierno.
Un mar de lágrimas y de cámaras con reporteros de todo el mundo cubría la puerta por donde egresaban los fanáticos que salían de haberle dado un último adiós a Maradona. Al menos durante la mañana y hasta el mediodía el pueblo expresó su dolor de forma ordenada y en paz.