27 de Octubre - Hay recuerdos en la vida de un pibe que son relevantes. Tan relevantes que marcan un antes y un después en los años venideros. Por ejemplo, recuerdo el 19 de Diciembre del 2001, un día de mucho calor, con mi hermano Gabriel estábamos en la pileta, una Pelopincho verde de lona, y vimos corriendo a mis viejos diciendo que agarre a mi hermano y que cierre la puerta, que ellos iban y venian. Mi viejo tenia una camioneta F100 celeste, y pudimos ver cómo a toda velocidad salieron sin decirnos dónde, y así como ellos cientos de personas corrían por las calles con rumbo a la avenida Nicolás Avellaneda. Volvieron un par de horas más tarde con cientos de paquetes de fideos secos y manteca, claramente habían ido a saquear. El freezer de mi casa estaba repleto de manteca. Tenía que familiarizarme rápido porque ese iba a ser mi almuerzo y cena por los siguientes meses. Es hasta hoy que no puedo comer fideos con manteca sin recordar la pobreza que pasamos en ese entonces, sin recordar la necesidad de comer carne o pollo, o cualquier otra cosa que no sean fideos con manteca. Me ha marcado tan hondo ese plato repetitivo que muchos no comprenden por qué le tengo tanto rechazo.
En los siguientes años no nos fue mucho mejor. Mi viejo laburaba en la línea 710 de San Fernando y yo cursaba el octavo grado del primario en la escuela 17. En el horario que mi viejo no laburaba salíamos a juntar cartones, botellas, vendíamos cobre y aluminio, todo pars poder llegar medianamente a fin de mes. Si bien esa etapa en casa fue dura, se que hubo gente que la pasó peor. Las charlas familiares, cuando podíamos juntarnos cada tanto, ya no se trataban de recuerdos y de vacaciones, ya no hablaban de anécdotas y de parientes que ya no estaban. Las charlas eran sobre el dólar, el riesgo país, el FMI, y un montón de cosas que, hoy a la distancia, entiendo que no sabíamos nada, y nadie nos explicaba con claridad qué era lo que pasaba.
El 27 de Abril del 2003 cumplí 14 años. Ese día Nestor sale segundo en las elecciones, detrás del ex presidente Carlos Menem. De Nestor no sabíamos mucho, casi nada diría. Pero desde esa elección hasta la asunción, las charlas sobre cosas que no entendíamos se fueron agudizando.
El día que Nestor asumió, recuerdo que estábamos en mi casa. Teníamos una mesa de pino que hasta hoy conservo, yo sentado en la punta de la mesa, del lado derecho mi viejo y mi vieja delante de él. Mi hermano jugaba en la habitación desconociendo por completo el momento que estábamos por vivir. Teníamos un televisor de 23" marca Philco, el tope máximo de volumen era el 63 y en ese nivel estaba. Mi vieja con la mano estirada agarrándole la mano a mi viejo, una muestra de apoyo o afecto o amor, quizás tambien incertidumbre, entre ellos, algo atípico por cómo ambos eran. Estuvimos escuchando con atención el discurso, y esperábamos que explique o que diga o mencione qué iba a pasar con esos términos que tanto habíamos mencionado y que aún desconocíamos. Y ese tipo flaco, alto, desconocido, con un ojo desviado y seseo, dijo algo que no nos esperamos ninguno: "Vengo a proponerles un sueño". Es hasta hoy que lo escucho y se me eriza la piel. Mientras escribo estas palabras tengo un nudo en la garganta, pero ahí entendí que ese recuerdo iba a ser de esos que quedan para siempre en uno y que marcan un antes y un después en la vida. Terminó la cadena nacional y le dije a mis viejos "Voy a empezar a militar en política". 18 años después sigo militando con la misma fuerza, con la misma vocación, pero por sobre todo con esas mismas convicciones, porque el día que conocí a Néstor me cambió la vida por completo, me mostró un rumbo, me enseñó otra forma de vivir, aprendí que había otro tipo de amor, y descubrí que la política es una herramienta de transformación para la gente, que podemos producir felicidad, que podemos cambiar lo historia, que podemos mejorarle la vida a los pibes como lo hizo él conmigo y tantos millones de Argentinos. Mi mejor homenaje a Néstor es ese, seguir ese sueño que nos propuso, llevar su legado como bandera y regar en todos y cada uno de nuestros compañeros y compañeras ese amor, esa dedicación, esa vocación que requiere la militancia. Intentar todos los días hacer una patria mas justa, mas libre y mas soberana.
Gracias Nestor.